Mucha gente no comprende la diferencia entre ser una persona independiente y ser alguien solitario. Agrupan las dos cosas en el mismo saco y se dedican a colgarte etiquetas sin realmente saber de lo que hablan.
Para mí, la diferencia está bien clara. Ser solitario significa buscar tu propia soledad, no dejar que nadie se introduzca en tu vida y voluntariamente enajernarte del mundo. Mientras que ser independiente significa se autónomo, no necesitar a nadie al lado que te diga lo que tienes que hacer o no, nadie que te solucione la papeleta cuando algo te sale mal, saber cuidarse de uno mismo, y en definitiva, pensar, decidir, y actuar por ti mismo. Ser independiente no significa aislarse del mundo, allí está la gran diferencia.
Sin embargo, muchos te oyen decir esto y encasquetan el cartelito de "solitaria" o lo que es peor, " antisocial". Te pintan como una persona que te apartas de todo, que no quieres saber nada del mundo ni de la gente y que sólo piensas en ti misma. Así que al final, ya no sólo eres solitaria y antisocial sino también egocéntrica y egoista. Todo en uno.
Si para ellos ser independiente comporta esa série de cosas, de acuerdo, delante de sus ojos quizás lo soy, pero yo no me considero así.
Puede que mi timidez haga que cierta gente piense así de mi a primera vista, pero cada uno es como es por las circunstancias en las que se ha encontrado a lo largo de su vida y yo personalmente creo que he sabido sacar provecho de la mala infancia que he tenido. Ser extremadamente tímida no ayuda a abrirte a los demás y hace que los demás tampoco se quieren abrir a ti y por lo tanto te dejen de lado. Eso contribuye a ser solitario, pero en mi caso, con la ayuda de buenas personas y mucho esfuerzo por mi parte, no me he dejado encerrar en mi propio caparazón. He ido madurando y sacando provecho de todos aquellos que en su día me dejaron de lado, eso me ha hecho ser más fuerte, más autónoma e independiente, a saber espabilarme yo solita y me ha ayudado a ver que la primera persona en la que debes confiar es en ti mismo. Porque el tiempo se encarga de poner a todo el mundo en su lugar.
Es cierto que no me gusta rodearme de mucha gente, pero no porque sea antisocial sino porque creo que la personalidad de cada uno se diluye y se confunde entre las masas. Nunca somos los mismos delante de mucha gente que delante de pocos.
Es también verdad que necesito mi espacio, pero no porque sea solitaria, sino porque hay momentos en los que necesito estar conmigo misma y reflexionar, pensar acerca de lo que me pasa y lo que no me pasa.
Si la gente dejara d ecolgar etiquetas y se dedicara a conocer bien a cada uno quizás se llevarían más de una sorpresa.