Las buenas personas todavía existen

Hay días en los que una mira su alrededor y piensa que ya no queda bondad en este mundo y se pregunta si alguna lo hubo. Día a día comprobamos como gente que considerabamos nuestros amigos se apartan de nosotros, como aquellos que creían conocerte apenas saben nada de tí. Es entonces cuando una lo da todo por perdido y cree que ya no queda gente con buena fe y buenas intenciones.

Sin embargo, oyes por ahí que cuando al vida te cierra una puerta es porque en breve va abrir una ventana. En parte lo crees, pero te preguntas hasta cuando tendrás que soportar esta situación. Y un día no precisamente especial ni importante te hace coincidir por casualidad con el cambio. Cuando lo ves venir apenas te das cuenta de lo significancia que puede llegar a tener pero el tiempo se encaragará de poner a todos en su lugar.

Y el sábado, por primera vez en mucho tiempo, tuve la sensación de estar en el lugar adecuado con una gente buena de verdad. Tuve la oportunidad de comprobar que las buenas personas todavía existen. Una gente que me ha aceptado como un más en su comunidad, sin necesidad de colgarme etiquetas ni juzgarme antes de saber quién soy. Ojalá hubiera más gente así en el mundo, todos viviríamos en un lugar mejor.

El sábado sentí una paz interior que hacía mucho tiempo que no sentía. Más allá de los malos rollos ue ciertas personas quieran crear siermpre te queda el recuerdo de aquellos momentos en los que lo pasaste tan bien y esa gente que hace que te diviertas de verdad.

Me doy cuenta que las mejores cosas de la vida no son cosas porque al final, lo único que nos quedará son esas experiencias, esos momentos, y eso es algo que nadie te puede quitar por mucho que lo intenten. Es ahora cuando veo la ventana que se abre delante de mí.